Agencia Portátil
Ciudad Victoria, 17 de mayo.-Las hostilidades entre israelíes y palestinos, con un saldo de al menos 210 muertos en una semana de bombardeos en la Franja de Gaza, están abriendo una brecha muy visible en el seno del Partido Demócrata. Mientras la administración del presidente Joe Biden sigue firme en su postura de defender los intereses de Israel, su principal aliado en la zona, desde el ala más progresista del partido lo entienden como una cuestión racial dentro de un escenario de «colonización» donde importa más el derecho de los israelíes a defenderse que el de los palestinos a sobrevivir.
Alexandria Ocasio-Cortez, congresista por Nueva York, lo dejó claro con un apasionado discurso el pasado jueves en la Cámara de Representantes en el que acusaba al presidente de ponerse del lado «de la ocupación». Ocasio-Cortez se preguntaba si los palestinos tienen derecho a sobrevivir tras la palabras de Biden justificando los intensos ataques israelíes.
El discurso de la neoyorquina precedió a la declaración conjunta de casi 150 organizaciones progresistas reclamando solidaridad con el pueblo palestino y condenando la «violencia de Estado» y la supremacía que está ejerciendo Israel en Jerusalén. Comparan la falta de derechos de la población palestina con el drama de los inmigrantes de la frontera con México o la brutalidad policial en Estados Unidos. Existe incluso un hashtag que están usando en las redes sociales, #PalestinianLivesMatter.
Intervino también, como era de esperar, la primera congresista de origen palestino, Rashida Tlaib. Se puso como ejemplo de que los palestinos existen en realidad y que son humanos, además de hablar del «apartheid» que está protagonizando el estado israelí en la región. La respuesta del ala más conservadora provino de Ted Deutch, representante por Florida. «Si tengo que elegir entre una organización terrorista y un aliado demócrata, estaré del lado de Israel», dijo desde el Congreso.
De fondo, el bloqueo de EEUU en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para firmar una declaración conjunta de alto al fuego en la región tras la reunión de urgencia del domingo. Eso pese a la advertencia del secretario general de la ONU, António Guterres, sobre la violación de las leyes internacionales que suponen «los ataques indiscriminados contra civiles» en la Franja de Gaza. «La carnicería ha seguido hoy. Este ciclo desquiciado de derramamiento de sangre, terror y destrucción debe detenerse de inmediato», señaló el portugués.
En EEUU, las peticiones de alto al fuego no se han ceñido a la bancada progresista. El domingo, el senador republicano Todd Young firmó una declaración conjunta con su homólogo por Connecticut, el demócrata Chris Murphy, en el que piden de inmediato el cese de hostilidades en Oriente Próximo.
«Israel tiene derecho a defenderse de los ataques con cohetes de Hamas, de manera proporcional a la amenaza que enfrentan sus ciudadanos», indicaron en un comunicado. «Como resultado de los ataques con cohetes de Hamas y la respuesta de Israel, ambas partes deben reconocer que se han perdido demasiadas vidas y no deben intensificar aún más el conflicto».
Mientras, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo desde Copenhague que están investigando el bombardeo de un edificio en Gaza que albergaba a varios medios internacionales, entre ellos la agencia norteamericana Associated Press. Israel ha justificado la destrucción de la estructura de 12 plantas por la presencia de «activos de Inteligencia» de Hamas. EEUU se ha limitado a pedir información adicional.
En Washington, Biden de momento guarda silencio sobre la tormenta política desatada en su partido, aunque no se espera un cambio de postura por parte del mandatario. Son 50 años de incondicional apoyo a Israel.