Agencia Portátil/15 de enero
La Rumorosa, un camino de curvas peligrosas que serpentea en medio de la Sierra Juárez y que forma parte de la Carretera Federal 2D Tijuana-Mexicali, por la cual se comunica esta última ciudad con Tecate, en Baja California.
Debe su nombre al sonido del viento, que al golpear contra sus formaciones rocosas parecen escucharse voces.
Recorrer esta carretera es el sueño de muchos, sobre todo por las vistas panorámicas hacia montículos de formaciones rocosas creadas por la erosión en tonos ocres.
Una de las más populares es el “hongo”, de casi un metro de altura que se ubica a un costado de la caseta de cobro.
El paisaje se vuelve más alucinante cuando La Rumorosa está nevada, suele ocurrir entre diciembre y febrero. Entre los barrancos resaltan los cientos de carros y camiones de carga que han volcado a causa de sus curvas peligrosas.
Se observan cementerios de fierros retorcidos y llantas que jamás pudieron ser rescatados en la década de los noventa. En este tiempo, los conductores le apodaban “la carretera de la muerte”, ya que solo tenía dos carriles, uno de ida y otro de vuelta.
Además del paisaje marciano, entre sus rocas se encuentra la zona arqueológica El Vallecito, donde la antigua etnia kumiai plasmó pinturas rupestres. También hay miradores establecidos para observar cóndores, borregos cimarrones y gatos montés.
Cuando se hace el trayecto de descenso de Tecate a Mexicali, se encuentra la famosa Casa de Piedra. Es un geoparque para hacer actividades de aventura como recorridos en bicicleta de montaña, rappel y escalada sobre las piedras encimadas de La Rumorosa.