Agencia Portátil/ 16 de diciembre
Guanajuato: una ciudad simplemente incomparable. Siglos de historia, interminables callejones y leyendas en cada esquina; es un lugar con una personalidad inimitable.
Declarada en 1988 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, la riqueza de su pasado minero es palpable con una interesante arquitectura; la cual va del churrigueresco al neoclásico.
Es casi deber nacional visitar por lo menos una vez en la vida esta histórica ciudad.
Gracias a su encanto que la hace parecer detenida en un tiempo indefinido, tenemos la certeza de que siempre querrás volver.
Cada callejón, una leyenda y una canción
En Guanajuato, las noches son de leyendas y canciones.
Es por ello que cuando empieza a caer la noche, en los alrededores del Jardín de la Unión, especialmente frente al Teatro Juárez y la Iglesia de San Diego, se comienzan a congregar músicos con vestimentas del Siglo XVII.
Es el punto de partida de una de las grandes tradiciones únicas en México: Las callejoneadas guanajuatenses.
Son singulares recorridos turísticos por los 7 callejones más emblemáticos de la capital; de los más de mil 600 que existen, liderado por la música, poesía e historias de diversas Estudiantinas.
Un recorrido musical picaresco en el que se mezclan clásicos como “De Colores” con canciones de José Alfredo Jiménez; y una que otra sorpresa de pop contemporáneo al peculiar estilo de una estudiantina.
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Siempre animado y no sólo porque el recorrido se haga con un porrón de cerámica con una vivificante bebida –tequila, tinto o mezcal– en la mano.
La mejor opción para un tour musical nocturno que será inolvidable.
Una mañana en la casa de Diego Rivera
Todos tenemos un origen.
El de Diego Rivera se encuentra aquí, en Guanajuato.
En la calle Positos 47 fue donde en 1886 nació Diego y su hermano gemelo José Carlos María, quien falleció un año y medio después.
Hoy este sitio alberga la Casa Museo Diego Rivera, un punto cultural imperdible; y un lugar espectacular para iniciar una mañana de cultura en la capital.
El proyecto fue inaugurado el 8 de septiembre de 1975, tras varios años de restauración impulsados en conjunto por Guadalupe Rivera María, hija del artista.
También ayudaron el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad de Guanajuato. Con una museografía de alta calidad perfecta para honrar a un artista guanajuatense de clase mundial.
El museo da un acercamiento familiar al pintor, recreando los espacios familiares de acuerdo a las costumbres de los siglos XVIII y XIX.
Es de cierta manera, un museo hermanado con la casa azul de Frida Kahlo en Coyoacán.
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