Agencia Portátil
CDMX, 21 de octubre.– Gerardo Fernández Noroña, senador de Morena, sorprendió a la opinión pública al solicitar una licencia temporal en el Senado para emprender un viaje de nueve días a Palestina, una decisión que ha desatado críticas y cuestionamientos sobre su congruencia con los principios de austeridad que promueve su partido.
El legislador anunció que su ausencia se extenderá del 23 de octubre al 2 de noviembre, y que no percibirá dieta durante ese tiempo. Sin embargo, la noticia provocó indignación entre analistas y ciudadanos, quienes cuestionan el financiamiento del viaje, reportado como cubierto por autoridades del país árabe, en un gesto de “solidaridad” que muchos consideran polémico.
Fernández Noroña insistió en que mantiene buenas relaciones con la dirigencia de Morena, incluyendo a Claudia Sheinbaum, y que la licencia no está vinculada a conflictos internos ni presiones externas. Aun así, el viaje coincide con recientes escándalos que han puesto bajo la lupa su patrimonio y estilo de vida.
Entre los cuestionamientos destacan la revelación de una propiedad valuada en 12 millones de pesos en Morelos y el uso de un avión privado sin los permisos correspondientes para transporte comercial en México, hechos que han generado acusaciones de incongruencia y ostentación.
Durante su visita a Emiratos Árabes Unidos, el senador planea participar en reuniones con autoridades y visitar comunidades locales. Si la seguridad lo permite, incluso intentará ingresar a zonas conflictivas en Palestina, un detalle que añade un tinte de riesgo y dramatismo al viaje.
El anuncio ha encendido debates sobre la ética y la responsabilidad de los legisladores, al tiempo que alimenta cuestionamientos sobre los recursos que utilizan para sus desplazamientos internacionales, en contraste con la austeridad promovida por su propio partido.
A pesar de las críticas y la controversia mediática, Fernández Noroña asegura que regresará al Senado el 2 de noviembre y que su compromiso político permanece intacto, aunque la polémica sobre su estilo de vida y decisiones sigue generando titulares.
Analistas políticos coinciden en que este episodio podría afectar su imagen pública y la percepción ciudadana sobre la congruencia de sus acciones con los valores que proclama su partido, colocando al senador en el centro de un debate nacional que combina política, polémica y controversia personal.














