Agencia Portátil
Phoenix, 30 de junio.-A Ecuador le bastó un empate a cero goles para echar a México de la Copa América, con lo cual el puesto de Jimmy Lozano como director técnico de la selección Azteca está en juego.
Se trató de un nuevo fracaso de un equipo que en tres partidos solo tuvo un gol y hoy se presentó en una cancha para hacer dos o tres disparos a la portería en todo el partido.
La cuestión es el nivel de la selección mexicana que ya no le da siquiera para vencer los equipos de la Concacaf.
La narrativa de las televisoras oficiales, ligadas profundamente al negocio de la Selección Mexicana fue de que México necesitaba echarle el corazón o sea echarle ganas para ganar el partido y clasificar la siguiente ronda.
Al diablo con la preparación, ellos pensaron que era cuestión de echarle muchas ganas.
Igual de poco hubiera servido porque el que espera es la selección de Argentina.
Y conforme el tiempo del segundo tiempo se acababa el partido se volvió emotivo, pero la cuestión sigue siendo cuál es el nivel de selección mexicana: nivel pobre en resultados y un nivel pobre en fútbol.
Muchos mexicanos seguirán viendo la Copa América para ver a Brasil o Argentina, porque la Selección Mexicana sigue descendiendo en su nivel, un nivel en el que ya no le gana ni a los equipos fáciles.
Ese salto que se desea que den la selección mexicana hacia adelante o hacia el llamado quinto partido no va a llegar pronto.
Las televisoras y los hombres de pantalón largo pesan en la cancha más que cualquier playera a la que México se enfrente.
Le echaron ganas al final del partido, sí, bastantes, pero echarle ganas nunca le va a alcanzar la Selección Mexicana para tomar un nivel que pueda competir con los equipos importantes de América y de Europa.
Ecuador tendrás al menos el orgullo de presentarse la cancha ante el equipo campeón del mundo: La Argentina de Messi y compañía.