Agencia Portátil
CDMX, 26 de junio.-Uno se pregunta por qué esa insistencia de los técnicos en llamar jugadores naturalizados a la selección mexicana cuando la historia nos ha mostrado que no aportan nada diferente.
A todos los que se preguntaron para qué Julian Quiñones era llamado a la selección hoy se dan cuenta que tenían razón en dudar.
Será que porque juega en Televisa, perdón en el América, perdón en Arabia Saudita, el colombiano naturalizado mexicano tiene que estar sí o sí alineado en la selección nacional.
No es por el penalti que cometió y que provocó la derrota de México ante Venezuela, es porque simplemente no es un jugador diferente, por lo tanto no justifica su presencia en el equipo nacional.
Quiñones quedó a deber en Tigres, luego fue un gran jugador en atlas y un gran jugador en América.
En Monterrey era famoso por su asistencia a las fiestas, actitud que corrigió en Guadalajara y en la Ciudad de México.
Quiñones es un gran jugador bicampeón para el América pero un jugador simplemente gris para la selección mexicana.
Es hora de revocarle su llamado a la selección y es hora de paso de pensar en un Plan B o un Plan C que no incluya a Jimmy Lozano como técnico de la selección nacional.
Se muerden la lengua todos los comentaristas de la televisión nacional que han abierto la boca para alabar una y otra vez a Quiñones y venderlo como una solución para que la selección Mexicana salga del hoyo en la que está metido desde el mundial de Qatar.