Agencia Portátil
Ciudad Victoria, 25 de abril.-En los últimos tres días, India ha reportado más de un millón de nuevos casos de Covid-19. Anteriormente, habían tenido que pasar 65 días para que el segundo país más poblado del mundo llegara a la cifra del millón de contagios. En las últimas 24 horas, India ha tenido más del triple de casos de coronavirus que su vecina China en toda la pandemia. Desde el 15 de abril, ha estado reportando más de 200.000 infecciones todos los días. Por cuarta jornada consecutiva, India ha establecido un récord mundial de nuevos contagios…
Lejos quedan aquellos días de enero cuando en India celebraban que la cifra diaria estaba por debajo de los 15.000 casos y llegaron los festivales hindúes masivos sin ninguna restricción, como el de Kumbh Mela en la ciudad de Haridwar, al que acudieron 25 millones de personas. Más lejos aún están los elogios a la gestión del primer ministro Narendra Modi, que impuso un largo y severo confinamiento en marzo de 2020 que frenó la propagación del coronavirus, aunque hundió a millones de trabajadores ambulantes que viven de lo que venden en las calles.
«India bajó la guardia. Las grandes reuniones religiosas, la reapertura de la mayoría de los lugares públicos y los mítines electorales abarrotados son los culpables del repunte. Se apoderó de una falsa sensación de normalidad y no tomamos las medidas para detener la segunda ola que está arrasando como un tsunami», explica el doctor A Fathahudeen, neumólogo que trabaja en el control de la pandemia en el estado de Kerala.
«La situación era manejable hasta hace unas semanas. La segunda ola de infecciones ha llegado como una tormenta», dijo el miércoles el primer ministro en un discurso en el que instó a los ciudadanos a permanecer en casa y no entrar en pánico. Aparentemente, a principios de febrero India parecía tener el virus bajo control. Modi, con ni siquiera el 1% de la población vacunada, declaró que el país era la «farmacia del mundo» y señaló que la vida pre pandémica podría reanudarse.
Hoy, en India se habla de una catástrofe humanitaria. El escenario es el peor posible que los expertos se temían que ocurriera dentro de la pandemia: un país con más de 1.300 millones de personas que es incapaz de tener camas libres ni tanques de oxígeno en sus hospitales. Hay ciudades donde los cadáveres ya se están amontonando fuera de las morgues de los hospitales porque dentro no caben. En algunas calles de Nueva Delhi se están haciendo cremaciones masivas. Incluso en otras ciudades se están quedando sin maderas para quemar los cuerpos. Urge la ayuda internacional. China, Estados Unidos y Reino Unido se han pronunciado estos días ofreciendo tanto suministros como personal para ayudar en los hospitales.
Además, día tras días, India bate sus propios récords. Este domingo se han informado de 349.691 nuevos casos y 2.767 muertos. Desde el comienzo de la pandemia, ningún otro país había llegado a cifras diarias. Ahora mismo, la nación asiática representa el 40% de las nuevas infecciones de coronavirus reportadas en todo el mundo. Y, probablemente, sólo conocemos una parte de sus cifras reales. Distintas organizaciones, como la Asociación de Médicos del Servicio de Salud de Bengala Occidental, alertan de que las cifras sobre infecciones por Covid que está publicando el gobierno son en realidad una subestimación.
«Una gran población sospechosa de ser positiva ciertamente se mantiene alejada de las pruebas. Creo que el número real de personas que mueren a causa de Covid es dos o tres veces mayor de lo que informa el gobierno. Y el número de infecciones podría ser hasta cinco veces superior al que informan las autoridades», cuenta en la CNN el doctor Manas Gumta, secretario general de la asociación de Bengala Occidental.
En total, el país ha reportado 117 millones de contagios y 192.000 muertos. La situación está descontrolada y el sistema sanitario a punto de colapsar. Hay personas contagiadas que están muriendo a diario en las puertas de los hospitales porque no reciben el soporte de oxígeno que necesitan. Los medicamentos también escasean. Sobre todo, en la capital, Nueva Delhi, cerrada desde el pasado lunes. Muchos ciudadanos están haciéndose cientos de kilómetros diarios para trasladar a sus familiares enfermos a hospitales de otras ciudades menos colapsados.
Según explica este fin de semana la revista científica Nature, lo que ocurre en India podría ser por un cúmulo de factores que van desde las bajas tasas de vacunación y los eventos sociales masivos, hasta la nueva variante de coronavirus. Porque a esta nueva ola hay que añadir una extraña variante denominada «doble mutante», a la que muchos responsabilizan del aumento de las tasas de mortalidad. Según el Centro Nacional para el Control de Enfermedades (NCDC), el peligro está en que las vacunas se han diseñado para crear anticuerpos que se dirigen específicamente a la proteína de pico del virus.
La preocupación sobre esta variante radica en que, si una mutación cambia la forma de la proteína de pico, es posible que los anticuerpos no puedan neutralizar el virus de manera efectiva. En Italia, por ejemplo, este domingo han prohibido el ingreso a quienes estuvieron en India en los últimos 14 días. Nueva Zelanda, Hong Kong, Reino Unido y Estados Unidos ya prohibieron los vuelos directos desde y hacia el país asiático.
La solución interna para frenar la segunda ola pasa por un festival de vacunación, como lo llamo el primer ministro Modi, para inmunizar a cualquier persona mayor de 18 años a partir del 1 de mayo. Ya no hay restricciones por edad. El propósito es vacunar cuando antes a 900 millones de personas elegibles. En los casi tres meses que han pasado desde que empezaron la campaña de vacunación, ya han puesto más de 100 millones de dosis.